El Plan Coraje de Telefónica
- Ana Rivera

- 29 jul
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 12 ago
Una empresa de telefonía española quiere competir con la única empresa de telefonía nacional en Argentina.
La primera jugada será ganar la confianza y, cuando lo haya logrado...
Patea el tablero y expone sin rodeos una insatisfacción concreta.
A continuación pego foto del anuncio (año 2005) y debajo transcribo el texto con anotaciones personales en amarillo.

Japón, Estados Unidos y Alemania hablan por nosotros.
Del anuncio de una empresa de telefonía esperaría la imagen de dos enamorados hablando por teléfono.
Teléfonica jugó con la imagen de tres billetes fuertes: yenes, dólares y marcos.
Esta decisión rompe con lo predecible, pero también es un golpe visual que trasmite solidez y confianza.
Cuando grandes potencias hablan con su dinero, hay motivo para tomarse tiempo de leer lo que dicen.
Los japoneses, americanos y alemanes están invirtiendo en Telefónica de España. Todavía no menciona el producto o servicio. Pero nombrando las potencias donde se encuentra, ancla su estandar de calidad.
Y, lógicamente, saben lo que hacen.
Atentos, ahora viene una seguidilla de "saben", 5 verdades que los clientes reconocen en ellos:
Saben que somos la empresa más grande de España por activos totales y beneficios. Jerarquía empresarial.
Saben que fuimos pioneros en Europa en la transmisión de datos por conmutación de paquetes. Trayectoria.
Saben que participamos en todos los proyectos europeos de investigación en el campo de las nuevas tecnologías de la telecomunicación. Vanguardistas.
Saben de nuestros estudios en medios internacionales de transmisión por satélite y por cable de fibra óptica. Es bastante técnico, quieren transmitir innovación.
Saben de nuestros 10 millones y medio de líneas en servicio y de los 15 millones de teléfonos instalados. Los números siempre ayudan. Estos buscan dimensionar la escala de lo que hacen.
Saben de nuestra tecnología, de nuestro desarrollo y de nuestra eficiencia. Con tanto dato, hacen una pausa y sintetizan lo anterior.
Conocen nuestros resultados. No traen una promesa (aún), solo pruebas.
Por eso, en nuestras acciones están los miles de pequeños bursátiles de Tokio, Frankfurt y Nueva York. El ciudadano común también confía en ellos.
Ya tenemos 3 mil millones de dólares de inversión extranjera puestos en nuestra empresa. Otro numerito por aquí para reforzar el argumento.
Queremos invertir en la Argentina. En este punto comienzo a aplaudir de pie. Lo más normal en Argentina era la fuga de empresas. Ellos van contra corriente, vienen a invertir.
Por los lazos históricos que nos unen. Razón emocional, voy a llorar.
Porque tenemos la capacidad para ofrecer el servicio que los argentinos merecen. Ud. sr argentino tiene dignidad y lo respetamos.
Y porque, de una vez se debe acabar con la falta respeto de tener que esperar años para contar con algo tan sencillo e imprescindible como un teléfono. FRASE ÉPICA. Responde al problema concreto de la alta demanda que generaba demoras de servicio hasta 2 años. Telefónica ataca directo a la yugular: te mintieron, el problema no es la alta demanda, es la falta de compromiso. Menos mal que nosotros no somos así.
Por dentro el cliente piensa, "hijos de put*, hace años me toman el pelo".
Solo pedimos que nos permitan hacerlo. La promesa que yo escucho es, " voy a darte en días el teléfono que hace 2 años no te instala la competencia".
Simplemente, para mejorar su calidad de vida. Beneficio del servicio.
Y para que usted también hable de nosotros. De la misma forma que lo hace EE.UU., Japón y Alemania. Coloca a los argentinos en el mismo estatus de las potencias.
Por su propio teléfono. Simplemente, toma mi dinero.
Telefónica de España. El mundo habla por nosotros.
¿Algún tajo que quieras hacer? Te escucho en el Club del Cuchillo.


